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Cántico de los peregrinos. De Salomón.

127 Si el Señor no edifica la casa,
    en vano se esfuerzan los albañiles.
Si el Señor no cuida la ciudad,
    en vano hacen guardia los vigilantes.
En vano madrugáis,
    y os acostáis muy tarde,
para comer un pan de fatigas,
    porque Dios concede el sueño a sus amados.

Los hijos son una herencia del Señor,
    los frutos del vientre son una recompensa.

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